miércoles, 25 de noviembre de 2009

CELTICS VS LAKERS- BIRD VS JOHNSON ( NOTA MUY BUENA)


Eran dos jugadores distintos, cada uno con sus atributos característicos que los hacían únicos, eran dos 'rara avis', uno, en el caso de Larry Bird, porque parecía que no podía correr, ni saltar, pero que sin embargo todo lo hacía bien, todo lo basaba en una inteligencia sobresaliente, otro, en el caso de Magic Johnson, porque era la primera vez que veíamos a un base de 2.06 subir la bola como una sílfide, tener un manejo malabarístico del balón y poder jugar de lo que se le antojara. El destino quiso que los dos jugadores, posiblemente, más inteligentes de la historia de la NBA, se juntarán frente a frente y forjarán una rivalidad que comenzó en la NCAA, donde Magic "golpeó" primero a Bird.
Una de las mayores pruebas de su inteligencia e intuición se dio en las finales de
1981 ante Houston Rockets en lo que para Auerbach fue la mejor jugada que jamás vio. Bird lanzó desde el lado derecho de la bombilla, cercano al triple, tan pronto como salió el balón de sus manos intuyó a donde podría salir rebotada la pelota. Ganó la posición, se llevó el rebote y encestó de manera maravillosa casi sin ángulo. Boston se llevó el anillo en seis partidos.
Fuera de la pista eran grandes amigos pero su rivalidad muy sana relanzó a la NBA. La afición al baloncesto se dividió entre partidarios de los Lakers y de los Celtics. Esa rivalidad actuó como reconstituyente para la NBA, que en la década de los setenta había perdido terreno ante las otras grandes ligas (
béisbol, fútbol americano y hockey sobre hielo). Larry Bird fue uno de los primeros jugadores en explotar su imagen, para obtener unos ingresos que hicieron aumentar su cuenta corriente, pero también la de su club y la de la liga. La NBA, que atravesaba una crisis financiera, empezó un crecimiento espectacular.
Bird fue un derroche de talento en un físico que parecía de cristal pero que gracias a su conocimiento, a su letal lanzamiento, su excelente visión de juego y su entrega le permitió convertirse en el mejor alero puro que ha dado este deporte. Las trampas que debió sortear hasta llegar a la cumbre habrían acabado con la ilusión de la mayor parte de los mortales, pero el jugador de Indiana estaba hecho de una pasta especial. Tras el sufrimiento, cuando tocó el cielo, quiso mantenerse en la gloria a cualquier precio. Hubo de superar una infancia muy desgraciada. Su padre se suicidó, tuvo problemas con los estudios y en su etapa universitaria topó con el látigo del técnico
Bobby Knight.
Con Boston Celtics consiguió tres anillos (
1981, 1984, 1986) y disputó dos finales más (1985, 1987) en un equipo que marcó una época. Aquel quinteto que todos recitaban de memoria: Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish, comandados desde los banquillos por K.C. Jones.
Magic fue un derroche de magia, de ingenio, de arte elevado al máximo exponente, protagonista de un baloncesto de color de rosa llamado 'showtime'. L.A. Lakers bailaba al son que imponía Magic, pero con dos escuderos de autentico lujo,
James Worthy (probablemente el mejor finalizador de contraataques que jamás hubo) y Kareem Abdul Jabbar (rindiendo hasta los 41 años). Byron Scott, Michael Cooper, Kurt Rambis, Jamaal Wilkes o A.C. Green (estos dos últimos sin llegar a coincidir) formaban una nómina de excelentes jugadores que daban al resto del conjunto un acabado perfecto diseñado también por un gran técnico como Pat Riley. Los Angeles fueron claros dominadores del Oeste durante la década de los 80', logrando pasar de las 60 victorias en 6 temporadas al mando el equipo pasó de las 60 victorias en 6 temporadas, alcanzó 8 finales y logró 5 anillos de campeón.
Celtics y Lakers se vieron las caras en 3 finales. La primera de ellas fue en la
temporada 1983-84, en la que Larry conseguía vengar el título de NCAA que se le resistió con Indiana State tras vencer Boston por 4-3. Aquella serie añadió un nuevo robo a la historia de este apartado que tanto a sonreído a Boston a lo largo de su historia. Al de Havlicek en 1965 ahora se unía el de Gerald Henderson[30] (y más tarde el de Larry Bird en 1987) en el 2º partido de la final. Con 18 segundos para el final, Lakers mandaba en el electrónico 115-113 y tenía la posesión del balón. Después del tiempo muerto, Worthy sacó, Magic recibió y devolvió a James, éste envió la bola a Byron Scott pero Cedric estuvo lo suficientemente inteligente para telegrafiar el pase y anticiparse para robar y dejar una posterior bandeja. Partido a la prórroga y posterior triunfo verde por 124-121. Riley aclararía que la clave de la derrota estuvo ahí, en ese punto concreto. Los Angeles mandaban 1-0 y tenían el 2-0 en su mano, lo cual hubiera significado medio anillo para Lakers. Aun así Lakers siguió peleando, y del 1-2 favorable a los Celtics pasaron al 3-2 cuando el equipo parecía hundido. Sin embargo los de Bird volvieron a dar la vuelta a la serie y decidieron en el 7º y definitivo partido en el Boston Garden para apuntarse su 15º anillo.
Un año después protagonizarían el segundo enfrentamiento tras derrotar Boston a Philadelphia y Lakers a
Denver. Kareem ya era un veterano de 38 años al que muchos daban no por muerto, pero ya incapaz de tornarse decisivo en un final de tanta exigencia. Abdul-Jabbar desterró ese tópico y se alzó como el jugador más veterano en conseguir ser MVP de la final.
El primer partido de la final Los Angeles salieron humillados del Garden, tras caer 148-114. Parish se comió a Jabbar en lo que rápidamente se calificó como "Memorial Day Massacre". Esa paliza despertó el orgullo del mejor Abdul Jabbar, que pese a su edad, se despertó para devolverle la jugada a Parish con 30 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3 robos en la victoria 109-102 en el 2º encuentro.
De otra galaxia. Riley comentó al respecto: "Conocemos a Kareem, en el hotel estaba avergonzado y triste, él me lo dijo además". En el tercero de la final, Lakers devolvió la paliza del primer envite con un abultado 136-111. Boston se apuntó el 4º y en el 5º volvió a emerger la figura del mejor Jabbar para aniquilar a Boston con 36 puntos (120-111). Los amarillos remataron la faena en el 6º y definitivo encuentro con la victoria 111-110. Los Lakers se sobrepusieron a la paliza del primer partido y al peso de la adversa historia, ganando la final en 6 encuentros y celebrando el título sobre el mítico parquet del Boston Garden con Kareem Abdul-Jabbar consiguiendo un
MVP de las finales que no lograba desde 1971, aún con el nombre de Lew Alcindor.
En la
1985-86 Boston conseguiría el anillo ante Houston Rockets en lo que fue el tercer año consecutivo de Larry Bird como MVP de la liga regular.
Con ese año de paréntesis, la rivalidad volvería a cobrarse su tercer capítulo y tal vez el más recordado por los aficionados a la NBA. Previamente, Boston se deshizo en siete partidos de
Detroit Pistons en unas finales de conferencia también para el recuerdo. En el 4º partido de esa serie, Detroit sacó los colores a los Celtics con un sonrojante 145-119.
En el 5º encuentro el equipo de K.C. Jones marchaba por debajo en el electrónico con pie y medio fuera de la competición. La situación concreta era la siguiente: Boston abajo por un punto de diferencia y Detroit con posesión de balón en los últimos segundos del partido. Fue en ese momento cuando el eje del trébol céltico, Larry Bird, hizo acto de presencia, apareciendo cuando realmente el equipo le reclamaba. Mientras
Isiah Thomas se disponía a sacar de banda, Larry Bird se despreocupó de su hombre, fijando su marca únicamente y de forma minuciosa en la mirada e intuición del base de Detroit, que no era otra que mandar el esférico a Bill Laimbeer. En un acto prodigioso de instinto defensivo, Larry ‘Legend’ leyó a la perfección la mente de Thomas e interceptó el paso colocándose en la línea del mismo. Por un instante parecía que el destino de Larry estaba en la grada, pero de forma milagrosa mantuvo el equilibrio y consiguió sacar de la chistera - girándose hacia dentro – un pase divino que su compañero Dennis Johnson, que iniciaba un corte desde la línea de personal, consiguió ejecutar para dar así, la victoria a su equipo, 108-107, en el último segundo de un encuentro no apto para cardíacos pero con un sitio infranqueable en la historia de la liga.
La historia tendría reservado otro episodio memorable para las finales, con la salvedad de que en esta ocasión el protagonismo en vez de Bird, iba a ser Magic. En las finales de
1987, Magic Johnson y Larry Bird se volvieron a ver las caras en lo que fue su tercera y última final como rivales. El partido decisivo fue el cuarto, que se jugó en Boston con un final no apto para cardiacos. Además de sus asistencias habituales, Magic cosió a los Celtics desde la media distancia durante todo el encuentro.
Ya en el último minuto de partido, cuando quedaban escasos segundos para el final, Larry Bird metió un triple bárbaro que dejó el marcador 106-105 para Boston. El Boston Garden rugía y la sangre se le heló a más de a un Laker, pero no precisamente a Magic. A 5 segundos del final, tomó el balón en el costado izquierdo de la bombilla, con la mira en la canasta y marcado por McHale. Previo engaño a la izquierda, se fue hacia la derecha y le salieron al paso hasta tres hombres, Parish, Larry Bird y el propio McHale. Magic parecía encerrado, pero en ese momento se sacó, cual mago de su chistera, un maravilloso mini gancho desde el cielo (al que denominó junior sky-hook) con la mano derecha para ganar el partido. Y un silencio de morgue se apoderó del Garden.
El balón entró limpio, los Lakers se llevaron la serie en 6 encuentros y Magic consiguió su tercer MVP de las finales. Al final del partido, Larry Bird declaró: "Siempre esperas perder con los Lakers por un gancho, pero nunca lo esperas de 'Magic' ". Desde entonces, los Celtics no volvieron a aparecer por una final de la NBA. Una travesía interminable que no parece tener fin para la franquicia que más anillos tiene en la liga.
En
1988 los 'Bad Boys' de Detroit Pistons, liderados por Isiah Thomas, consiguieron al fin derrotar a los Celtics en las finales de la Conferencia Este. Parecía que ese iba a ser su año, pero los Lakers les esperaban en la final, y todavía tenían una lección más que enseñarles en su camino hacia el campeonato. La serie fue muy dura, entre el baloncesto de control de los Pistons y la chispa de los Lakers, se llegó a un agónico 7º encuentro. Sin embargo el encuentro clave fue el 6º partido. Un partido que pasará a la historia por el récord que no sólo que marcó Isiah Thomas sino en las condiciones en que lo hizo, 25 puntos medio cojo tras lesionarse en el tercer cuarto. Su esfuerzo no dio su fruto y Los Angeles venció 103-102 después de que Kareem Abdul Jabbar anotara dos tiros libres después de una muy discutida falta personal de Laimbeer.
El 7º también tuvo un final fatídico, faltando pocos segundos para el final, Bill Laimbeer puso a Detroit dos arriba merced a un triple, pero nada más sacar de fondo, el balón llegó a las manos de Magic que dio un pase de baseball que cruzó toda la cancha para caer en manos de A.C. Green, quien anotó una bandeja a placer. Detroit sacó rápidamente buscando a Isiah Thomas a quien Magic robó el balón conforme levantaba los brazos en señal de victoria y el público del Forum invadía la cancha celebrando el undécimo campeonato.
Lakers seguiría siendo competitivo, alcanzó las finales en
1989 ante Detroit y en 1991 ante Chicago, pero en ambas caerían derrotados.
Si de por si el nombre de Magic Johnson ya era popular, la noticia de que era portador del SIDA hizo que su figura se hiciera eco en todo el mundo. Magic lo declaró en una rueda de prensa pública el
7 de noviembre de 1991, en la que también anunció su retirada, pero eso quedo en un segundo plano. Sin embargo, Magic, de un carácter tan positivo y optimista, regresó para formar parte del Dream Team de 1992.[31] Después de colgarse la medalla de oro se retiró para regresar en la temporada 1995-96, donde jugó 32 partidos. Tras esta temporada dejó el baloncesto definitivamente.
Cuando Magic se retiro y lo hizo en la cancha en la que tantas alegrías dio a los Lakers, Bird estuvo allí. Magic le regalo una camiseta y leyó a todos la dedicatoria que le puso a Larry, decía lo siguiente: "To Larry Bird: The Greatest Basketball Player Ever but more important, a friend forever. Earvin Johnson" Larry, el hombre impasible, solo pudo soltar un inaudible "Thank You" y sus ojos se inundaron de lágrimas.

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