Nos situamos ante, sino la mejor, la más sorprendente campaña que ha registrado Houston Rockets. Houston accedía a postemporada con el 6º mejor récord del Oeste. A simple vista, quizás insuficiente como para llegar a la cima. En resumidas cuentas, pocos se atrevieron a dar un duro por ellos, pese a que eran los vigentes campeones. Su camino hacía el título estuvo plagado de obstáculos que se tornaban insalvables pero que a base de coraje, insistencia y calidad consiguieron eludir, no sin sufrimiento.
Tuvieron que dar la vuelta a un 1-2 adverso que abría su participación en Playoffs ante Utah Jazz. En Semifinales esperaban los Suns de Barkley, que venían quedándose a las puertas años atrás y llegaban hambrientos de triunfo, sabedores de que era una de las pocas oportunidades que restaban a este equipo. Todo parecía marchar sobre ruedas, ya que con el 3-1 inicial el asunto parecía listo para sentencia. Fue entonces cuando revivió el espíritu de campeón que caracterizó a estos Rockets, único equipo capaz de aprovecharse de la ausencia intermedia de Jordan. Solo cuatro equipos en la historia habían remontado el vuelo después de marchar con 3-1 en contra. El último precedente databa de 1981, donde Boston Celtics eliminó a Philadelphia 76ers en las Finales de Conferencia.
Llegados al partido que determinaría quien acompañaría a San Antonio Spurs en la final de Conferencia, Houston, como si por la varita mágica hubieran sido tocados, consumaron 24 últimos minutos prodigiosos, que ni el más optimista hubiera imaginado. Tras una primera parte irregular, los Rockets se marcharon 10 abajo camino de vestuarios, con la eliminatoria en vilo, pero sin perderle la cara al encuentro. Sin embargo, lo dicho, lo brutal estaría por llegar. La mejor 2ª parte que jamás ha cuajado Houston (y una de las grandes de la historia de playoffs) durante su ya larga historia permitió la reacción, fundada en un desaforado 73% de acierto en tiro. El encargado de hacer del sueño una realidad fue Mario Elie, quien nos obsequió con un triple desde el vértice en que se encontraba el banquillo de Houston, que explotó de júbilo en el preciso instante en que la pelota se rebozó con las redes para poner el 113-110 en el electrónico.[51] Tan solo restaban 7 segundos, en los que lo más que hizo Phoenix Suns fue maquillar el resultado hasta el 115-114 definitivo. A continuación darían rápida cuenta de Orlando Magic en las finales, ganando por 4-0 en lo que suponía su 2º título consecutivo.[52]
Los Rockets se convirtieron en el primer equipo en ganar el anillo finalizando la temporada regular en la sexta posición de su conferencia. Además, fueron el primer equipo en eliminar a cuatro equipos de más de 50 victorias en temporada regular en su camino al anillo.
Tuvieron que dar la vuelta a un 1-2 adverso que abría su participación en Playoffs ante Utah Jazz. En Semifinales esperaban los Suns de Barkley, que venían quedándose a las puertas años atrás y llegaban hambrientos de triunfo, sabedores de que era una de las pocas oportunidades que restaban a este equipo. Todo parecía marchar sobre ruedas, ya que con el 3-1 inicial el asunto parecía listo para sentencia. Fue entonces cuando revivió el espíritu de campeón que caracterizó a estos Rockets, único equipo capaz de aprovecharse de la ausencia intermedia de Jordan. Solo cuatro equipos en la historia habían remontado el vuelo después de marchar con 3-1 en contra. El último precedente databa de 1981, donde Boston Celtics eliminó a Philadelphia 76ers en las Finales de Conferencia.
Llegados al partido que determinaría quien acompañaría a San Antonio Spurs en la final de Conferencia, Houston, como si por la varita mágica hubieran sido tocados, consumaron 24 últimos minutos prodigiosos, que ni el más optimista hubiera imaginado. Tras una primera parte irregular, los Rockets se marcharon 10 abajo camino de vestuarios, con la eliminatoria en vilo, pero sin perderle la cara al encuentro. Sin embargo, lo dicho, lo brutal estaría por llegar. La mejor 2ª parte que jamás ha cuajado Houston (y una de las grandes de la historia de playoffs) durante su ya larga historia permitió la reacción, fundada en un desaforado 73% de acierto en tiro. El encargado de hacer del sueño una realidad fue Mario Elie, quien nos obsequió con un triple desde el vértice en que se encontraba el banquillo de Houston, que explotó de júbilo en el preciso instante en que la pelota se rebozó con las redes para poner el 113-110 en el electrónico.[51] Tan solo restaban 7 segundos, en los que lo más que hizo Phoenix Suns fue maquillar el resultado hasta el 115-114 definitivo. A continuación darían rápida cuenta de Orlando Magic en las finales, ganando por 4-0 en lo que suponía su 2º título consecutivo.[52]
Los Rockets se convirtieron en el primer equipo en ganar el anillo finalizando la temporada regular en la sexta posición de su conferencia. Además, fueron el primer equipo en eliminar a cuatro equipos de más de 50 victorias en temporada regular en su camino al anillo.
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